Maestrantes:
Canelón Gisel.
Castellano Iván.
Castillo Noe.
González María.
Ramos Isvelia.
Rodríguez Liseth.
Torres Carla.
Torres Migdalia.
PROF. Anthonny Bracho.
Boconoito, Marzo del 2015
La temática de Edgar Morín,
relacionado con los siete saberes de la educación del futuro, será analizado en
forma concisa, en el mismo se consideran siete
principios que son necesarios para la educación del futuro, con éstos se
busca contribuir en el quehacer de los educadores. Por otro lado es importante
mencionar que el autor Sociólogo e investigador de
origen francés, consideró los saberes imprescindibles que deberá afrontar el
sistema educativo para contribuir en un proceso significativo. Por ello,
este libro expresa esencialmente problemas fundamentales que permanecen y
son necesarios para enseñar en la actualidad, esos saberes son: Las
cegueras del conocimiento: el error y la ilusión, Los principios de un
conocimiento pertinente, enseñar la condición humana, enfrentar las
incertidumbres, enseñar la comprensión y culmina con la ética del género
humano.
Asimismo, el saber
científico sobre el cual se apoya en este contenido para situar la
condición humana no sólo es temporal, sino que enmarca profundos misterios
referentes al mundo entero, a la vida y al nacimiento del ser humano.
Capítulo I: Las Cegueras del Conocimiento: El Error
y la Ilusión
En relación al primer saber, Morín menciona que
las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión, sobre los riesgos
más comunes que acompañan al ser humano en la búsqueda de la construcción del
conocimiento. En lo que se refiere a El talón de Aquiles del conocimiento,
la teoría de la información muestra que hay un riesgo
de error bajo el efecto de perturbaciones en cualquier transmisión de
información, en cualquier comunicación de mensajes.
El conocimiento en forma de palabra, de idea, de teoría, es el fruto de
una traducción mediada por el lenguaje y el pensamiento y por ende la
afectividad puede fortalecerle la relación estrecha entre la inteligencia y la
afectividad: la facultad de razonamiento puede ser disminuida y hasta destruida
por un déficit de emoción; el debilitamiento de la capacidad para reaccionar
emocionalmente puede llegar a ser la causa de comportamientos irracionales.
Con respecto
a los errores mentales, se ha constituido en un mundo psíquico donde se
fermentan necesidades, sueños, deseos, ideas, imágenes, fantasmas, y este mundo
se infiltra en nuestra visión o concepción del mundo exterior. También existe
en cada mente una posibilidad de mentira a sí mismo que es fuente permanente de
error y de ilusión, nuestra memoria está sujeta a numerosas fuentes de error,
porque de manera inconsciente, tiende a seleccionar los recuerdos que nos
convienen y a rechazar, los desfavorables; por otro lado en los errores
intelectuales, nuestros sistemas de ideas (teorías, doctrinas, ideologías) no
sólo están sujetos al error sino que también protegen los errores e ilusiones
que están en ellos, las teorías científicas tienden a manifestar esta
resistencia en cuanto a las doctrinas, que son teorías encerradas en sí mismas
y absolutamente convencidas de su verdad, éstas son invulnerables a cualquier
crítica que denuncie sus errores.
En cuanto a los
errores de la razón, permite distinguir entre vigilia y sueño, imaginario y
real, es la actividad racional de la mente que apela al control del
entorno al control de la cultura, entre otras palabras, es la racionalidad la
que corrige y las cegueras paradigmáticas, son
las que instauran las relaciones primordiales que constituyen
los conceptos, impone los discursos y organiza la relación lógica. Este
paradigma determina una doble visión del mundo, por un lado, un mundo de
objetos sometidos a observaciones, experimentaciones, por el otro, un mundo de
sujetos planteándose problemas de existencia, de comunicación, de conciencia.
Así, un paradigma puede al mismo tiempo aclarar y cegar, en su seno donde
se encuentra escondido el problema clave del juego de la verdad y del error.
Considerando el conocimiento en determinados momentos se presenta error o
ilusión, pues en el conocimiento humano, es una característica de nosotros
donde estarán esas deficiencias, pero a la vez, pueden ser combatidas
eficazmente con herramientas como la racionalidad. En tal
sentido, el error y la ilusión es un problema
cognoscitivo tiene valor social e histórico, el cual puede ser de progreso
básico en el siglo XXI, lo que implicaría que cada una de las personas
seguirá siendo inconsciente de sus propias ideas y de sus mentiras. Por
ello, es un deber importante de la educación armar a cada uno en el combate
vital para la lucidez.
Capítulo II: Los Principios de un Conocimiento
Pertinente
Para
Morín, en este saber estableció como base conseguir un conocimiento de los
problemas clave del mundo, por eso la educación del futuro se ve confrontada a
este problema universal, por otro lado, las realidades o problemas cada
vez más globales; en consecuencia, la educación debe promover una
"inteligencia general" apta para referirse al contexto, a lo global,
y a la interacción compleja de los elementos. Esta inteligencia general se
construye a partir de los conocimientos existentes y de la crítica de los
mismos. Su configuración fundamental es la capacidad de plantear y de resolver
problemas.
En tal sentido, para que
un conocimiento sea pertinente, la educación deberá entonces evidenciarlo: en
el contexto, la palabra necesita del texto y el texto necesita del contexto
donde se enuncia; en lo global (las relaciones entre todo y partes); por esta razón la inteligencia utiliza y combina todas las
habilidades particulares. En este sentido, la paradoja: del siglo XX ha
producido adelantos abrumadores en todos los campos del conocimiento
científico, así como en todos los campos de la técnica.
Capítulo III: Enseñar la
Condición Humana
Con
respecto a la educación del futuro, esta deberá ser una enseñanza universal
centrada en la condición humana. Por lo tanto, éstos deben reconocerse en
su humanidad común y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural
inherente a todo cuanto es humano. De esta manera, debemos saber quiénes
somos, dónde estamos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. El ser
humano se desarrolla en:
a) cerebro- mente- cultura b) razón - afecto -
impulso c) individuo - sociedad -especie. En cuanto al desarrollo
verdaderamente humano significa comprender al hombre como la unidad y la
diversidad son dos perspectivas inseparables en la educación, la cual deberá mostrar
el destino individual, social, global de todos los humanos y nuestros
principios como ciudadanos de la Tierra.
Con respecto a la condición humana, es importante
porque ella nos muestra que el humano es un ser plenamente biológico y
cultural que han desarrollado de manera sorprendente las potencialidades de la
vida. El hombre es pues un ser plenamente biológico, pero si no dispusiera
plenamente de la cultura sería un primate del más bajo rango. La cultura
acumula en sí lo que se conserva, transmite, aprende; ella comporta normas y
principios de adquisición. La mente es un surgimiento del cerebro que suscita
la cultura, la cual no existiría sin el cerebro. El impulso puede
servirse de la maravillosa máquina lógica y utilizar la racionalidad técnica
para organizar y justificar sus agrupaciones. Los individuos son el producto
del proceso reproductor de la especie humana, pero este mismo proceso debe ser
producido por dos individuos.
En el campo individual, hay una
unidad/diversidad cerebral, mental, psicológica, afectiva, intelectual y
subjetiva: todo ser humano lleva en sí cerebral, mental, psicológica, afectiva,
intelectual y subjetivamente caracteres fundamentalmente comunes, mientras que
en el campo de la sociedad hay diversidad de las lenguas todas a partir de una
estructura con doble articulación común.
La cultura mantiene la identidad humana en lo que tiene de específico; las
culturas mantienen las identidades sociales en lo que ellas tienen de
específico. El ser humano es él mismo singular y múltiple a la vez, lleva en sí
sus multiplicidades interiores, sus personalidades virtuales, una infinidad de
personajes en lo real y lo imaginario.
Por todas partes, una actividad técnica, práctica, intelectual, da testimonio
de la inteligencia empírico-racional; igualmente por todas partes, las fiestas,
ceremonias, despilfarros, en cuanto al tema de la locura humana fue evidente
para la filosofía de la Antigüedad, la sabiduría oriental, para los poetas de
todos los continentes, para los La demencia no ha conducido la especie humana a
la extinción (sólo las energías nucleares liberadas por la razón científica y
el desarrollo de la racionalidad técnica podrían conducirla a su desaparición).
Capítulo IV: Una educación que
enseñe la identidad terrenal
El hombre ha comprendido
realmente que es un habitante del planeta, pensando y actuando de una nueva
manera, no sólo como individuo, familia o género, estado o grupos, sino también
como planetario que en la voz de Morín; es volver a relacionar las culturas,
volver a unir lo esparcido, destinados a cubrir cada uno de aquellos rincones
solitarios de la tierra, donde diversidad de lenguas, religiones y culturas
hicieron su aparición en escena, es elemental la educación de hoy y del
futuro, el desarrollo de un auténtico sentimiento de pertenencia a nuestra
tierra, considerada por este autor, como la última y primera patria, es
por ello que hace mención que educar para este pensamiento es la finalidad del
futuro que debe trabajar en la era planetaria para la identidad y la conciencia
terrenal, además argumenta que reconocer el lazo consustancial
con la biosfera nos lleva a abandonar el sueño del dominio del universo.
Capítulo V: Una educación que
enseñe a enfrentar las incertidumbres
En el mundo
actual, todo parece impreciso en las áreas de la vida, vamos navegando en un
océano de incertidumbres, al grado que Morín, llega a sostener que los siglos
anteriores siempre creyeron en un futuro repetido o progresivo, sin embargo, el
siglo XX ha descubierto la pérdida del futuro, la colectividad educativa,
por su parte, no está fuera de esta realidad, por eso J.M. Pérez Tornero (2005)
afirma que “la incertidumbre ha llegado también a la escuela, hay crisis en el
rol del profesorado, los cambios acumulados en poco tiempo han conducido a una
dificultad múltiple, la dubitación, inseguridad componen el núcleo central de
un problema de difícil consenso”. Es por ello, esto se suman todas
las incertidumbres debidas a la velocidad y a la aceleración de los procesos
complejos aleatorios de nuestra era planetaria, ni la mente humana ni un
supercomputador podrían abarcar, así afecta el futuro, pero también se riega
como una infección en el conocimiento, en nuestras propias decisiones. Pero no se
nos educó para la incertidumbre y Morín matiza su confirmación, “existen
algunos núcleos de certeza, pero son muy El problema de la comprensión se ha
vuelto crucial para los humanos, por esta razón debe ser una de las
finalidades de la educación para el futuro, recordemos que ninguna técnica de
comunicación, del teléfono a Internet, aporta por sí misma la comprensión. La
comprensión no puede digitarse.
Asimismo,
Educar para comprender las matemáticas o cualquier disciplina es una cosa,
educar para la comprensión humana es otra; ahí se encuentra justamente la
misión espiritual de la educación: enseñar la comprensión entre las personas
como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la
humanidad.
Igualmente,
el problema de la comprensión está doblemente polarizado: Un polo, es la
comprensión entre humanos; los encuentros y relaciones se multiplican entre
personas, culturas, pueblos que representan culturas diferentes, el otro polo
individual, las relaciones particulares entre familiares, están cada vez más
amenazadas por la incomprensión, el axioma “entre más allegados, más
comprensión“ sólo es una verdad relativa, se le puede oponer al axioma
contrario “entre más allegados menos comprensión“ puesto que la proximidad
puede alimentar malos entendidos, celos, agresividades, incluso en los medios
intelectuales aparentemente más evolucionados reducidos. “Navegamos en un
océano de incertidumbres en el que hay algunos archipiélagos de certeza, no
viceversa”.
Por último, la impredecibilidad a largo plazo en la realidad se puede
calcular a corto plazo los efectos de una acción, pero los efectos a largo
plazo son impredecibles. De esta manera, ninguna acción está segura de obrar en
el sentido de su intención, que en efecto las vías para enfrentar la
incertidumbre de la acción, la primera es la plena conciencia de la apuesta que
conlleva la decisión y la segunda el recurso de la estrategia. Por ende
la estrategia, como el conocimiento sigue siendo la navegación en un océano de
incertidumbres a través de archipiélagos de certezas.
Capítulo VI: Enseñar la
comprensión
El
inconveniente de la comprensión se ha vuelto crucial para los humanos,
por esta razón debe ser una de las finalidades de la educación para el futuro,
recordemos que ninguna técnica de comunicación, del teléfono a Internet, aporta
por sí misma la comprensión. La comprensión no puede digitarse, educar para
comprender las matemáticas o cualquier disciplina es una cosa, educar para la
comprensión humana es otra; ahí se encuentra justamente la misión espiritual de
la educación: enseñar la comprensión entre las personas como condición y
garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad.
Asimismo,
la comprensión está doblemente polarizado: Un polo, es la comprensión entre
humanos; los encuentros y relaciones se multiplican entre personas, culturas,
pueblos que representan culturas diferentes, el otro polo individual, las
relaciones particulares entre familiares, están cada vez más amenazadas por la
incomprensión, el axioma “entre más allegados, más comprensión“ sólo es una
verdad relativa, se le puede oponer al axioma contrario “entre más allegados
menos comprensión“ puesto que la proximidad puede alimentar malos entendidos,
celos, agresividades, incluso en los medios intelectuales aparentemente más
evolucionados.
En tal sentido, no debe existir una comprensión
intelectual humana aislada, si nos mas bien la comprensión de los individuos
entre sí, de sus sociedades instruyendo los procesos formativos para todos, es necesario
una compresión empática hacia los demás y el respeto a las ideas diferentes,
siempre en el plano de lo ético dentro de la raza humana, lo ético basado en
principios fundamentales de vida, eliminando egocentrismos, socio centrismos y
etnocentrismos, la creación de la democracia abierta, es fundamental dentro de
la enseñanza de la comprensión, finiquitando con la educación del futuro,
deberá asumir un compromiso sin requiebres con la democracia, porque sólo en la
democracia abierta se puede realizar la comprensión a nivel universal entre
pueblos y culturas.
Capítulo VII: La Ética del Género
Humano
Advirtiendo sobre la distancia entre desarrollo tecnológico y desarrollo
social, Morín sostiene “el desarrollo de la tecnoburocracia instala el reino de
los expertos en todos los campos”. Así se crea una nueva fractura de la
sociedad entre una nueva clase y los ciudadanos, el mismo proceso está en
marcha en el acceso a las nuevas tecnologías de comunicación entre los países
ricos y los países pobres, la dominación de la nueva clase impide en realidad
la democratización del conocimiento, en contraste con esta idea, Diego Levis
(2004) piensa que la eliminación de la brecha digital no sería la solución para
los desafíos que enfrenta la humanidad (educación, desnutrición, enfermedades,
desigualdad entre otras.) ya que dicha brecha, no es la causa sino la
consecuencia de la brecha económica y social que separa a los habitantes de
este mundo, en este mismo sentido aprecia que el lado oscuro de esta aventura tecnológica,
está intrincadamente atada a las ambiciones imperialistas y a los conflictos
imperialistas.
Sin
embargo, es importante reconocer el papel de la escuela, en cuanto a la
enseñanza y desarrollo de un espíritu crítico, que cuestione con el arma de la
razón, las visiones simplificadoras y deformadoras de la realidad, entonces la
educación constituye un instrumento para que la humanidad pueda progresar hacia
los ideales de paz, libertad y justicia social.
En tal sentido, la construcción de una antro poética que ayude a la relación
individuo – sociedad – especie, es la posibilidad de la construcción de
democracia abierta, que implica la construcción de la ciudadanía global, en la
cual la misma se ayude, desarrolle, auto – regule y controle. La educación
requiere crear una humanidad más humana, en busca de una democracia abierta,
que cuide la tierra patria, ciudad de los ciudadanos del mundo.
Conclusión
El texto
de Edgar Morín, nos da una idea sobre lo necesario para poder llevar a cabo una
educación atinada en el futuro, es necesario ver que estas medidas son
ineludibles para nuestra educación actual, con el motivo de poder hacer cambios
en nuestro presente y así poder mejorar día a día en estos campos muchas veces
tan difíciles y desorientados en todas partes del mundo, este contenido es muy
útil para poder generar esos escenarios futuros deseables, con esto poder ir
generando nuestras estrategias específicas y poder hacer un cambio en nuestra
educación, es sumamente difícil generar este pensamiento futuro pero es
terriblemente necesario en nuestra actualidad para poder tener una guía en el
presente y crear un ambiente prometedor en la educación en cualquier otro
ámbito de nuestras vidas.
En
consecuencia, la educación debe promover una inteligencia general, apta para
referirse, de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una
concepción global, conocer lo humano principalmente, situarlo en el universo, a
la vez separarlo de él, este pensamiento tiene que convertirse en la
visión-misión de la educación del futuro, la escuela del siglo XXI, y con ella,
la sociedad de la información, puede ayudarnos a encontrar la ruta, superando
los obstáculos, para construir la sociedad nueva que imaginamos, recapacitemos
con Edgar Morín (1999), sobre “los siete saberes necesarios para la educación
del futuro que debe trabajar en pos de la identidad, la conciencia terrenal, el cual se interesa por mejorar el pensamiento de los
docentes que emprendamos a utilizar nuevas estrategias.