sábado, 14 de marzo de 2015

ESTRATEGIAS PARA EL ABORDAJE FAMILIAR





                                                                       Maestrantes:
                                                        Canelón Gisel.
                                                        Castellano Iván.
                                                        Castillo Noe.
                                                                               González María.
                                                        Ramos Isvelia.
                                                        Rodríguez Liseth.
                                                        Torres Carla.
                                                        Torres Migdalia.
PROF. Anthonny Bracho.

Boconoito, Marzo 2015.




La Familia es la unidad básica de desarrollo y experiencias, de realización y fracaso de un individuo. Es también la unidad básica de la salud y la enfermedad, ninguno de nosotros vive su vida solo, y parte responsable de formación de nuestra personalidad como adulto depende la interacción y el aprendizaje que asimilamos en la relación que establecimos con cada uno de sus miembros.

Tomando como punto de consideración, podría conceptualizar a la familia utilizando un enfoque estructural, o de sistema y definirla como un sistema socio-cultural abierto, y en transformación. Esta tiene un proceso de crecimiento, pasando por diferentes etapas que requieren reorganización, y que a la vez debe adaptarse a circunstancias cambiantes, de manera que pueda mantener continuidad y expandir el crecimiento psico-social de sus miembros. La estructura de la familia parte del conjunto invisible de demandas funcionales que organizan las formas en que los miembros de la familia interactúan.

Dentro de esas demandas, cabe señalar las funciones instrumentales, de suministrar alimento, ropa, vivienda, seguridad, supervisión, higiene, atención médica y de enseñanza.; pero también la intelectuales y afectivas que se generan del apoyo social, cuidado, amor, valor, estima, comunicación, compañía, valores compartidos, oportunidades de socialización, transmisión de valores, formas de relacionarse con el mundo exterior, y capacidades para enfrentar la vida.

Estas funciones pueden llevarse a cabo mediante una diferenciación en subsistemas, que pueden definirse por generación, sexo, intereses o funciones (roles). Una misma persona puede pertenecer a diferentes sub-sistemas en los que realiza diferentes funciones y mantiene diferentes niveles de autoridad. Los bordes que determinan los límites de cada subsistema son dados por las reglas, o los patrones de interacción, que definen quién participa y cómo debe hacerlo, protegiendo así la diferenciación del subsistema.

Cuando hago referencia a subsistemas, me refiero a la estructura de la familia, constituida por tres subsistemas básicos, a saber: la pareja, padres e hijos, y hermanos. El primero de éstos, el subsistema de la pareja, está constituido por dos adultos, de sexo opuesto, que se unen con el propósito de formar una familia. Entre ellos deben establecerse patrones de mutuo apoyo, que les permita aceptar sin sentir que tienen que ceder; deben sacrificar independencia por un sentido de pertenencia; deben aceptar interdependencia en una relación simétrica.

Con el nacimiento del primer hijo se establece el subsistema de padres e hijos. El subsistema de la pareja debe ahora diferenciarse para permitir las labores de socialización del niño, luego con la llegada de otros hijos, el subsistema de los hermanos constituye el primer laboratorio humano en el que los niños experimentan y se ejercitan en las relaciones interpersonales con sus iguales. En su interacción aprenden a hacer amigos, a hacer alianzas, a negociar, a hacer bromas, etc. Su ausencia, por otra parte, interfiere con el desarrollo de la autonomía y la capacidad para compartir, cooperar y competir.

La ausencia de un equilibrio entre la participación de los padres en el proceso de educación familiar, da pie a la insalubridad de las relaciones, dando oportunidad a que la familia, pueda ser considerada como no funcional y toma la etiqueta de patológica, cuando en situaciones de tensión externa o interna, aumenta la rigidez de sus patrones transaccionales y de sus bordes, y evita o se resiste a explorar alternativas de solución. La tensión puede ser provocada por un miembro de la familia (en este caso podemos ubicar la existencia del hijo que no cubre todas las expectativas de los padres o que no se adapta a la expectativa social, bien sea por presentar un problema de conducta o una dificultad de aprendizaje) , o de todo el grupo familiar, con fuerzas o situaciones extra familiares; o bien, puede esta tensión ser provocada en el proceso de transición en las diferentes etapas de desarrollo y crecimiento del sistema familiar; o puede también ser el producto de la presencia de problemas idiosincráticos de la familia(provocado por estereotipos insanos).Por otra parte, el sistema familiar que funciona en forma efectiva y apropiada, sufre transformaciones en el tiempo, adaptándose y reestructurándose para así continuar funcionando. La estabilidad del sistema depende de su habilidad para movilizar patrones alternativos cuando las condiciones internas o externas de la familia requieren o exigen su reestructuración. Esto conlleva la necesidad de que los límites entre subsistemas sean firmes y claros a la vez que flexibles, de forma que permitan que la familia se adapte a tensiones, de manera que hagan posible mantener su continuidad, y su salud familiar.

Características de la Familia Venezolana:
La estructura de la familia venezolana a la actualidad se aleja del concepto de la familia nuclear, donde coexistían la figura de ambos padres (hombre y mujer) e hijos dentro de un matrimonio legal, encontrándose de manera muy escasa dentro de las escalas de clasificación social media o media alta. La realidad dibuja un panorama en el que las relaciones conyugales inestables están a la orden del día dentro de los espacios sociales, donde la prevalencia de la figura materna como único adulto que representa el hogar, es responsable tanto de las labores económicas y las afectivas, y la presencia de padre periférico o ausente, genera en los hijos la mitificación de la madre (matricentrismo). Surge asociado a esta característica, la presencia de las familias extendidas, donde los tíos, abuelos, primos y vecinos, residentes todos en la misma casa o en la misma calle del sector, asumen roles de responsabilidad sobre los niños, cuando las madres trabajan largas jornadas laborales. Las familias tienden a ser numerosas, los ingresos en su generalidad no alcanzan para cumplir todas las necesidades del hogar, los hijos mayores asumen el rol de “padre sustituto”, a carencia del mismo, y empiezan temprano a realizar actividades con remuneración para contribuir al sustento familiar.

Los patrones de comunicación son escasos, por lo general se evitan espacios para la comunicación efectiva, la autoridad la ejerce la madre, con tendencia a los castigos físicos o a la sobreprotección de los hijos, con pobres patrones de orden y de establecimiento de normas claras y flexibles. Se puede destacar como aspecto positivo la enorme vitalidad y capacidad para adaptarse a las circunstancias adversas, lazos afectivos y de lealtad entre este estilo de conformación familiar y lazos afectivos y de colaboración de vecinos a favor de la protección, la crianza y la supervisión de los hijos.

Los datos socio-demográficos concluyen que el 60% de las familias son de estratos sociales desfavorecidos, en condiciones de extrema pobreza.

FOTOGRAFIAS PONENTE














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